En este campo encontramos el uso del aluminio principalmente en la fabricación de microchips (si bien la base de éstos está hecha de silicio). Tienen numerosas aplicaciones, como en la fabricación de sensores (térmicos, de movimiento, eléctricos, entre otros), amplificadores, baterías, memorias y productos inalámbricos, robótica y automatización de procesos. La principal característica que avala este uso es su alta conductividad eléctrica. Hoy en día existe la tendencia mundial de darle un nuevo uso al aluminio por su versatilidad con propiedades atractivas, no tóxico, no inflamable, no magnético, no produce chispas y no se oxida.
El aluminio y la electrónica encajan en los discos compactos, frentes de estructuras y los disipadores térmicos de computadoras, impresoras, televisores, videos y equipos electrónicos. Las funciones incorporadas en los perfiles de aluminio reducen la cantidad de componentes y simplifican el ensamblaje, junto con un acabado atractivo y una óptima conductividad térmica.